Infancia

Dónde quedan los recuerdos de la infancia...
quizás, entrelazados en la mirada;
tal vez, agazapados en el silencio.

Copa de helado

Cómeme, dijo...
y lentas las manos
se hartaron de silencio.

Hacia ti

En vuelo,
hacia el atardecer,
donde nacen los sueños,
donde una sonrisa
es la voz de mis manos.

Varados

Quedan varados los sueños,
encallados en la arena,
inamovibles,
a la espera de una sonrisa,
de una mirada...
y mientras mecen las mareas
los naufragios,
esos naufragios en blanco y negro
que oscurecen las manos.

El baile

El jardín

Es de fuego...
entre pasos vagabundos,
entre el susurro de la mirada;
un susurro entre el silencio,
miradas entre las palabras...

... y arderá, consumido entre
las sombras de las manos;
arderá... impávido... sereno.

Por una voz

Por una voz...
llora el silencio
todas las palabras.

Por una voz...
llora la guitarra
todos los olvidos...

... las de las manos,
manos ausentes.

Sombra

No me quedan palabras;
soy sólo sombra de lo que fui...
ardiente, sin tiempo.

Fuego y tiempo

Siento que se termina el tiempo,
que ya no marcan las saetas
las horas, los minutos,
que todo es silencio
ardiendo en la voz...
y no tengo más paisajes,
sólo la arena azotada por el viento.

Son tan sólo palabras
brotando de las manos,
manos que no quieren ver,
manos dolientes en las miradas.

A qué jugarán cuando no sean más
que ramas secas, ramas muertas.